Colchones y almohadas para invierno

Colchón invierno

Consejos para lidiar con las temperaturas.

En la etapa invernal se utilizan más elementos de ropa de cama como edredones, mantas, fundas y otras piezas propias para que las noches sean más llevaderas. Del mismo modo se convierte en algo importante que el colchón y la almohada también estén pensados para el invierno.

Almohadas para invierno hay muchas pero, ya que se hace la inversión, conviene escoger la más adecuada. Porque hay que pensar en que durante mucho tiempo será el lugar en el que descansemos el cuello y la cabeza durante las horas de sueño; así que hay que tener en cuenta las características y las necesidades, entre las que influyen incluso la postura en la que cada persona suele dormir o la época del año de la que se trate. Una buena opción en invierno es una almohada viscoelástica porque además de que transpira bien ofrece un estupendo aislamiento térmico para esas noches más frías. En definitiva, hay un tipo de almohada según las necesidades de cada persona pero hay algunos puntos en común que son importantes tener en cuenta como son las necesidades de adaptación climática.

Puede que no estemos usando el colchón adecuado.

Y es que sí en el momento de dormir la almohada o el colchón nos dan demasiada sensación de frío o de calor, es que no se está usando lo más adecuado. No todas las personas son iguales y eso también tiene un efecto directo en la transpiración o la temperatura corporal. Colchón para frío es la solución para evitar el riesgo que supone dormir en las noches de invierno con una manta eléctrica o un cubrecolchón eléctrico cuando las temperaturas descienden demasiado.

Y es que aunque se tenga un sistema de calefacción en casa, es frecuente que si no se cuenta con el colchón o la ropa de cama adecuados, nos encontremos con una cama fría a la hora de ir a dormir. Hay que evitar los colchones de espuma que aunque son más económicos, no regulan bien la temperatura. Las personas más frioleras han de optar por uno de látex o viscoelástico ya que ambos dan como resultado una temperatura más elevada.

Cada persona tiene sus preferencias.

colchón para invierno Una buena inversión es hacerse con un colchón que se pueda adaptar tanto al frío como al calor. Porque un colchón demasiado blando puede ser muy caluroso en verano al hundirse más justamente cuando apetece descansar de manera más desahogada; y uno demasiado duro, puede resultar frío y poco acogedor sobre todo para personas que son más delgadas. Colchones verano-invierno son la solución como es el caso de los colchones viscoelásticos, que se adaptan al cuerpo y luego recuperan la forma. Y hay colchones en los que las dos caras son diferentes: una para el verano y otra para el invierno, por lo que sólo hay que asegurarse de recordar darle la vuelta en la época del año correspondiente. Para distinguirlos y tomar una buena decisión lo más conveniente es dejarse aconsejar por expertos del sector.